Vox pide la dimisión de Marlaska por la «utilización política» de la agresión homófoba ‘fake’
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La portavoz adjunta de Vox en el Congreso, Macarena Olona, ha anunciado que la formación solicitará formalmente este mismo jueves la reprobación y cese del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, por hacer una “utilización política, partidista e indigna” de la falsa agresión homófoba de Malasaña.
Olona ha denunciado esta mañana en el Congreso que el ministro, al que ha calificado de «indigno», ya conocía que la denuncia era falsa cuando el pasado miércoles “vinculó a Vox con la agresión homófoba”.
La diputada ha acusado a políticos y medios de comunicación de «utilizar esta falsa agresión para demonizar a una formación política como Vox, acusando falsamente al partido de ser los responsables».
Ha advertido de que las falsas acusaciones que se vierten sobre la formación tienen consecuencias y ha pedido responsabilidad a los medios de comunicación: «La sangre que sí que se derrama es la de nuestros afiliados y dirigentes».
Marlaska rechaza dimitir
El ministro del Interior ha pedido no banalizar los delitos de odio y ha estimado que no debe dimitir por las manifestaciones que ha realizado sobre estos hechos. En declaraciones a los periodistas este jueves tras inaugurar un cuartel de la Guardia Civil en Villalbilla (Madrid), Grande-Marlaska ha negado que se hubiera «guardado» la información y que haya realizado una instrumentalización política a raíz de este suceso.
«Evidentemente, me enteré ayer a media tarde, cuando declaró el denunciante sobre los hechos, que modificó su declaración, y buena prueba de ello es que inmediatamente el propio Ministerio del Interior, siendo conocedor de lo que este asunto había atraído a la opinión pública, dio la noticia y expuso lo que había acontecido en el desarrollo de la investigación», ha asegurado.
Sobre la petición de partidos de la oposición de que dimita por este episodio ha dicho: «Yo la única responsabilidad que asumo es la de seguir trabajando, y lo que me preocupa mucho es que, ante un acontecimiento como éste, parece ser que todo el mundo olvida que se han incrementado los delitos de odio en el último año en un diez por ciento».
Y ha considerado que no tiene que dimitir «por dirigir y coordinar las actuaciones para hacer frente a una lacra social como es el discurso de odio, los delitos de odio, y manifestar la preocupación, dotar de los medios y trabajar en este sentido».
«A mí lo que me parece grave es que banalicemos algo tan importante como estos hechos que nos deberían preocupar a todos, porque implican y determinan un ataque a lo que es la base de una democracia, que son los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad de las personas».